EL CAMINO DE LA
NATURALEZA

La suprema indiferencia de la naturaleza
es el espejo mas puro que podemos encontrar
para descubrir lo que realmente somos.

El encuentro directo con al mundo de la naturaleza es el espacio mas propicio para conocer lo que somos en el sentido mas puro. Cuando reconocemos el mundo real, reconocemos tambiéon nuestro ser real. Nada e la esfera de lo humano y sus proyecciones supera esa claridad. Somos un campo de energía entre otros campos de energía. Somos un campo de energía que se comporta de una u otra manera y nuestra vida es simplemente el resultado de ese flujo de energía. En el mundo la importancia personal y su contraparte, la auto-compasón, nos dominan y atormentan las imagenes mentales que hemos coleccionado a lo largo del camino. En el mundo de la naturaleza, el conocimiento silencioso pone cada cosa en su lugar.

Cuando entramos en la naturaleza y sobre todo cuando dejamos que la naturaleza entre en nosotros, las funciones superiores de la conciencia entran en operación y solo entonces la claridad de lo que es, alivia el peso de lo imaginario nos revela el potencial infinito de nuestra libertad. El secreto desde luego es rendirse. Dejar de jugar a «dominar» o «conquistar» a la naturaleza y reconocer lo que pasa cuando aceptamos que somos uno con ella.

En la naturaleza se nos revelan los grandes campos de energía que rigen el mundo en que vivimos, a los que llamamos Poderíos de la Naturaleza o simplemente, los poderíos. Cuando reconocemos su lenguaje silencioso y cuando interactuamos con ellos con deliberación y humildad, éllos se manifiestan como la mejor red de soporte y la mejor guía que podríamos encontrar. Todos los maestros humanos palidecen ante la fuerza y claridad silenciosa de los Poderíos de la Naturaleza.

El camino de la naturaleza es el camino de los poderíos. Sus campos de energía son incontables, pero existen cinco campos que por su enorme influencia llamamos los cinco grandes: El Padre Sol, La Madre Tierra, el Hermano Viento, La madre Agua y El Abueno Fuego, que por ser el mas antiguo y el orígen de los demás, se considera el «jefe» de todos ellos. Cada uno de los Poderíos tiene una maestria que podemos aprender directamente de ellos.

El requisito es poner atención y tratar ese mundo con máximo respeto y perturbarlo lo menos posible. El camino de la naturaleza no es un camino imaginario que pueda recorrerse con la mente. Se requiere de nuestra presencia física en ese mundo para que nuestro campo de energía pueda ser afectado positivamente por el flujo de energía de los campos mayores, que no reflejan la importancia personal, sino que reflejan el conocimiento silencioso.

El camino de la naturaleza es probablemente el mas grande y el que abarca a todos los demás. El que se ve llamado por este camino podrá encontrarse solo pero nunca experimentará desolación.

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